Soldadura MIG/MAG
Rapidez y potencia. Descubra más.
Su alta rigidez y los bajos costes lo convierten en un material muy popular. De todos los materiales, el acero es el más fácil de soldar. El mayor reto consiste en mantener la deformación de material lo más baja posible. Para ello, es muy importante seleccionar el proceso de soldadura más apropiado.
El acero se compone principalmente de hierro y de carbono, con un máximo del 2,06 %. Las aleaciones con un mayor porcentaje de carbono se designan como fundición. Si el porcentaje de los llamados acompañantes sulfuro y fósforo es inferior al 0,025 %, se habla de acero inoxidable.
No todos los aceros se pueden soldar: Solo los aceros limpios, lo que supone unas aleaciones con un contenido de carbono inferior al 0,22 %, son adecuados. Cuanto menos pura es la aleación, tanto más difícil suele ser la soldadura del acero.
Los aceros de alta y máxima resistencia tienen una relevancia especial. Se utilizan, por ejemplo, para la construcción ligera en la industria del automóvil, así como para fabricar grúas móviles, bombas de hormigón y maquinaria agrícola y forestal. Sin embargo, son más difíciles de soldar que las aleaciones de acero convencionales, por lo que se deben respetar las instrucciones de procesamiento del fabricante.
Hay muchas formas diferentes de acero:
Acero plano
Acero redondo
Tubos conformados
Tubos cuadrados
Por lo general, todos los procesos de soldadura resultan adecuados para la unión de acero. No obstante, se utiliza principalmente el proceso MIG ya que este permite velocidades de soldadura más elevadas.