El movimiento de los iones de litio en una batería de iones de litio produce una fuerza electromotriz, que se puede utilizar para impulsar carretillas elevadoras de horquilla, por ejemplo. Durante la carga, los iones se desplazan del electrodo positivo al negativo de la batería y permanecen ahí hasta que el usuario descarga la batería otra vez. Los sistemas de energía de iones de litio no necesitan mantenimiento en absoluto y producen cero emisiones. A diferencia de la batería de plomo tradicional, los usuarios no necesitan poner agua en la parte superior, medir la densidad del ácido ni limpiar la batería.
El electrodo negativo generalmente se hace a partir de grafito. Sin embargo, los fabricantes de carretillas elevadoras de horquilla se inclinan cada vez más por tecnologías especiales de batería de litio que empleen una combinación de óxido de níquel manganeso cobalto, azufre, aire y, especialmente, fosfato de hierro (LiFePO4) como materiales de electrodo. Estas tecnologías tienen una producción sorprendente y un peso muy ligero, no son inflamables y gozan de una protección óptima contra explosiones, incluso en condiciones extremas.